lunes, 28 de julio de 2008

El amo de la noche: el Caníbal de la Guerrero

Durante la Edad Media, la noche era considerada como la puesta en escena de Satán. Pero la noche no sólo fue propiedad exclusiva del último de los grandes rebeldes, en la oscuridad también ha desfilado el imperio del insomnio y sus grandes ejércitos conformados por duendes, trolls, pixies, ánimas, espectros y, en ámbitos más terrenales, por asesinos.

El miedo que provoca la oscuridad es un mecanismo de defensa de los humanos hacia lo desconocido, aunque la mala reputación de esa etapa del día surgió al quedar plenamente instalada como un lapso licencioso, un tiempo para socavar el orden que prevalecía en las horas en que la luz evidencia las cosas.





La licencia nocturna ha alentado una cultura diferente a la vida diurna. Es y ha sido el horario propicio para robar, profanar tumbas y para las conductas sexuales toleradas y no. Pero desde hace mucho tiempo, la noche se despojó de sus lastres de superstición y ha cedido su lugar a un tipo de monstruo que vive en el edificio de al lado, que trabaja, que nos saluda cuando nos lo cruzamos, que ama y odia, que escribe poemas e historias de horror, que se autonombra “el amo de la noche”, y que, oculto de la mirada de los demás, tortura y mutila a personas muy parecidas a usted y a mí.

Ogros nocturnos han sido Jack el Destripador; Peter Kürten, “el vampiro de Düsseldorf”; Jeffrey Dahmer, “el caníbal de Milwaukee”; Dennis Nilsen, Ed Gein, Peter Sutcliffe, “el destripador de Yorkshire”; Richard Ramírez y ahora José Luis Calva Zepeda, quien aún carece de sobrenombre, pero que desde hace unos meses comparte similitudes con los modernos hombres lobo de finales del siglo pasado y principios de éste.

Arte criminal
El caso de Calva Zepeda posee los condimentos necesarios de una historia de horror que ni el propio presunto asesino pudo imaginar que llegaría a escribir, no obstante que se vanagloria de ser un poeta, escritor, dramaturgo y, según sus palabras, “la creación más grande del universo”.

Calva Zepeda, “el amo de la noche”, como se describe en uno de sus poemas, fue detenido por agentes de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal el 8 de octubre de 2007, después de que las autoridades se presentaron en el domicilio del sospechoso para indagar sobre la desaparición de Alejandra Galeana Garavito, joven de 30 años.
Inicialmente, el individuo no perdió la calma frente a las autoridades judiciales y no fue sino hasta que los agentes le solicitaron que abriera la puerta del departamento 17 –ubicado en un edificio marcado con el número 198 de la calle Mosqueta, en la popular colonia Guerrero— que decidió escapar de la vigilancia policiaca. Según algunas de las versiones, Calva Zepeda saltó desde la altura de su departamento, antes de ser arrollado por un taxi.


Sin embargo, los detalles de la aprehensión palidecen ante los hallazgos de los agentes al interior del departamento. Partes del cuerpo de Alejandra Garavito estaban diseminadas en varios puntos de la vivienda. El pie de la víctima estaba envuelto en una bolsa de plástico dentro del refrigerador. Otra bolsa, en el congelador, contenía un pedazo de su carne, mientras que la mayor parte del cuerpo había sido depositada en el armario.

Asimismo, varios instrumentos cortantes, uno con manchas de sangre, evidenciaban el extraño ritual del que fue objeto el cuerpo de una mujer cuya tragedia comenzó al decidir asistir a una cita en un club Internet para encontrarse con un individuo refinado que compartiría con ella un monólogo de su autoría.

La palabra escrita ha despertado una extraña fascinación en algunos asesinos seriales. Myra Hindley, por ejemplo, la célebre medusa de cabello oxigenado, quien en los años sesenta del siglo pasado integró una mancuerna de miedo con su amante Ian Brady, asesinando a varios niños cuyos restos terminaron en los pantanos de Saddleworth, Reino Unido, dedicó mucho de su tiempo libre en prisión a escribir artículos de naturaleza sociológica que eran publicados por el prestigioso diario británico The Guardian.

Dennis Nilsen, un burócrata homosexual británico que practicó la necrofilia con los cadáveres mutilados que almacenaba en su departamento, presumió al mundo su faceta de escritor cuando, desde la prisión, elaboró un perfil acertadísimo de otro asesino caníbal de altos vuelos: Jeffrey Dahmer. Sus opiniones le valieron el reconocimiento del consagrado biógrafo inglés Brian Masters.

Pero es quizá a Ian Brady al asesino que mejor le ha sentado la pluma. Sin ayuda de un coescritor –esa figura de bajo perfil muy socorrida hoy en día por ex presidentes de ingrata memoria— escribió un libro al que tituló The Gates of Janus: Serial Killing and Its Analysis (Las puertas de Jano. El asesinato serial y su análisis), el cual fue publicado por una editorial verdadera, Feral House.

Con elementos sociológicos, psicológicos y filosóficos, Brady felicita a sus colegas asesinos por no caer en el “conformismo bovino” que distingue a la mayor parte de la sociedad. Coloca en el mismo nicho a los asesinos seriales y a los escritores, aduciendo que en pos de la inmortalidad los asesinos utilizan la daga en vez de la pluma y la piel en vez del papel, ya que nada supera “la experiencia de escribir sobre páginas vivas y jadeantes”.

El carnicero
Tras las abolladuras recibidas durante su detención, Calva Zepeda permanece arraigado en un hospital en la colonia de El Gas. La investigación ha revelado que el presunto asesino también cobró la vida de Verónica Martínez Casarrubias, de 31 años. Los restos mutilados de la víctima aparecieron en modestas cajas de huevo.

Las autoridades han desempolvado archivos de casos congelados, buscando resolver otros asesinatos que guardan similitudes con el modo de operar de Calva Zepeda. Y por lo menos un caso parece estar relacionado con el hoy célebre descuartizador: una prostituta conocida como La Jarocha, cuyos restos fueron recuperados en 2007, en Tlatelolco.

Sería prematuro aventurar hipótesis atroces. De Calva Zepeda se dice que es un caníbal. Las plumas del gremio se han dado manga ancha para dar por verdaderas las especulaciones, algunas de ellas verdaderamente voladas, como la de la pieza que se cocinaba en la estufa cuando la policía ingresó al hogar del artista en ciernes.

Lo único seguro, si se comprueban los cargos de homicidio imputados a Calva Zepeda, es su enorme odio hacia las mujeres, con quienes se vinculaba obedeciendo los impulsos de amor y odio que sentía hacia ellas.

Se odia lo que se envidia, dice el adagio. Las golpizas que propinaba a sus amantes, la evolución consecuente al asesinato y después el desmembramiento de las mismas, evidencian un aborrecimiento total por unos seres que, para Calva Zepeda, representaron cúspides de placer que, una vez cumplido su papel satisfactor, debían desaparecer de la faz de la tierra, y qué mejor manera que despersonalizándolas a través del descuartizamiento.






CRONOLOGÍA 2007
11 de diciembre. José Luis Calva Zepeda, el presunto Caníbal, se suicida en su celda del Reclusorio Oriente; revela su novia que los custodios lo golpeaban; autoridades locales anunciaron que realizarían autopsia al cuerpo.
29 de noviembre. Impugna el diagnóstico psicológico.
28 de noviembre. Pide que familiares de su última pareja, a quien asesinó, se presenten a declarar.
1 de noviembre. Celebra su detención y afirma que “no podía seguir cometiendo más crímenes”.
31 de octubre. Dan a conocer autobiografía del presunto Caníbal, encontrada en su casa el día de su detención. En ella manifiesta que desde la adolescencia había tenido impulsos suicidas; integran analistas de la Procuraduría General de Justicia del DF su perfil criminal y personal.
30 de octubre. Revelan que representó dos monólogos de su autoría en Ecatepec; queda sin defensor en la segunda audiencia.
24 de octubre. La Procuraduría alista la consignación del Caníbal.
23 de octubre. Atribuyen a Calva Zepeda robo en cajero automático; es consignado por autoridades del DF.
22 de octubre. Implica a cómplice en homicidio de otra mujer.
20 de octubre. Señala forense que los cortes hechos al cuerpo de Alejandra Galeana Garavito no fueron de un asesino improvisado.
19 de octubre. Arraigan al Caníbal en un centro que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) tiene en la sede del Instituto de Formación Profesional.
17 octubre. Autoridades del estado de México y del Distrito Federal buscan a Juan Pablo Monroy Pérez, quien mantuvo hace tres años una relación homosexual con Calva Zepeda; revelan expertos patrones de conducta en feminicidios.
16 de octubre. Confirma la Procuraduría capitalina que Calva comía carne humana; dan a conocer antecedentes delictivos; aparecen ex parejas que testifican en su contra; confirman que era adicto a la cocaína.
15 de octubre. Comparan a supuesto ‘caníbal’ con el asesino de ‘El silencio de los inocentes’.
13 de octubre. Prevén su salida del Hospital del Xoco para ser trasladado al centro de arraigo de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.
12 de octubre. Consideran especialistas que su caso es un desafío para la medicina; se trata de un sicótico que podría representar un peligro para los presos; dan a conocer posibilidad de que haya usado sierra eléctrica en sus víctimas.
11 de octubre. Presumen autoridades canibalismo de Calva Zepeda; es vinculado a otras dos desapariciones de mujeres.
8 de octubre. El cuerpo desmembrado de Alejandra fue descubierto en el departamento 17 de Mosqueta 198, colonia Guerrero. Es detenido Calva Zepeda, quien intenta huir y se lanza del edificio donde vivía; es atropellado y trasladado al Hospital de Xoco debido a las lesiones originadas por el impacto.
5 de octubre. Desaparece Alejandra Galeana Garavito.


Para saber más:
§ http://joseluiscalvazepeda0.blogspot.com/
§ http://www.unafuente.com/index.php?s=canibal+de+la+guerrero
§ http://www.unafuente.com/index.php?s=Calva+Zepeda
§ http://www.proceso.com.mx/noticia.html?sec=0&nta=55776
§ http://www.el-universal.com.mx/ciudad/vi_87342.html

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